Artículos Graduados

¿Has sentido alguna vez frustración en tu trabajo? ¿No sabes cómo relacionarte con tus compañeros? ¿Sientes que no puedes gestionar tu frustración cuando las actividades no salen como quieres? Si te encuentras en una situación similar, te animo a que sigas leyendo, en este artículo encontrarás información sencilla para conocer la inteligencia emocional en el trabajo,así como una serie de consejos que te ayudarán a gestionar lo que sientes en tu día a día. ¿Qué es la inteligencia emocional y en qué consiste? Cuando hablamos de inteligencia emocional nos estamos refiriendo al conjunto de habilidades y capacidades psicológicas que nos ayudan a comprender y actuar en función de las emociones, tanto de las propias como de las ajenas. Teniendo una alta inteligencia emocional te resultará más sencillo actuar correctamente sobre tus emociones, y al tener también en cuenta las de los demás, serás capaz de generar estrategias de adaptación lo más fáciles y adecuadas posibles ante cualquier entorno o circunstancia. En 1998, Daniel Goleman y un equipo de industriales, investigaron las diferencias entre trabajadores brillantes y comunes. Descubrieron que los primeros tenían la capacidad de observar y manejar tanto sus emociones como las ajenas. Al hacerlo, generaban empatía, usando esta información para manejar sus relaciones interpersonales, mejorando con ello el ambiente laboral. De la misma manera, la neurociencia ha descubierto que nuestro cerebro está diseñado para ser seres sociales, siendo este el motivo por el que podemos influir en la mente de los demás y viceversa, lo que terminará influyendo en nuestro comportamiento laboral, siendo o no capaces de controlar nuestros impulsos sociales, favorecer nuestro optimismo, etc. Se ha demostrado que, en el ámbito laboral, ayudar a las personas a entender sus emociones, fortaleciendo sus habilidades de regulación emocional, contribuye positivamente al éxito profesional, pues no solo te hace más competitivo/a, sino que también te ayuda a disfrutar del trabajo a pesar de los cambios y las demandas de mayor exigencia. Se ha observado también que las personas en puestos de gerencia se benefician de la inteligencia emocional en el trabajo, ya que les permite ayudar a sus subordinados a controlar el estrés y otras emociones negativas por las que puedan estar pasando. De la misma manera, son capaces de motivar a equipos cuando se enfrentan a proyectos complicados. Esto genera un clima de confianza en el entorno laboral que favorece, en gran medida, a que el desarrollo de estos proyectos se realice con más colaboración entre los trabajadores, lo que también hace posible que los conflictos a los que deban enfrentarse se solucionen de manera rápida y eficaz. Por el contrario, aquellos que no soportan la presión reaccionan de mal humor, inclusive con accesos de cólera, y sobretodo si esto ocurre en una posición de poder, puede darse el caso de incurrir en el abuso o desmotivación a sus empleados. Por eso es importante trabajar la inteligencia emocional, ya que, al adquirirla, se regulan los estados emocionales, actuando con templanza. En el momento distópico en el que nos encontramos, en el que la convulsión personal y laboral está más presente que nunca, tener una buena gestión de inteligencia emocional en el trabajo se hace aún más necesaria. Por ello, adquirir hábitos sanos en el desarrollo de nuestras funciones laborales nos ayudará a eliminar ese estrés generado por las circunstancias actuales, los constantes cambios, la incertidumbre y la aceleración constante del ritmo de vida. Claves para trabajar la inteligencia emocional en el trabajo Dentro de la inteligencia emocional podemos destacar cuatro áreas, sobre las que podremos trabajar de manera sencilla para reforzar nuestra mejora laboral: Lenguaje emocional Tiene que ver con la amplitud de vocabulario emocional, de las palabras de que disponemos para expresar verbalmente o por escrito los sentimientos o sensaciones que tenemos en determinados momentos. Es importante reconocer las sensaciones que experimenta tu cuerpo ante cada emoción (por ejemplo: con la ira tu rostro se enrojece, te aumenta la aceleración cardiaca, la sudoración), conociendo estas sensaciones podrás usar la información para autorregular este estado emocional y que no te influya en una toma de decisión o acción inmediata. Una buena manera de desarrollar esta área sería, una vez reconozcas qué emoción es, escribir sobre ella, atendiendo a las reacciones físicas que le acompañan, cuanta más información seas capaz de percibir y describir, más fácil te resultará actuar sobre ella para contrarrestar sus efectos siendo, inclusive, capaz de bloquearla. Control de impulsos Se refiere a la autorregulación emocional, asociada con la habilidad que tenemos para serenarnos cuando algo nos altera, pues de esta manera seremos capaces de pensar de forma objetiva. Este control se puede obtener practicando con frecuencia la habilidad de cambiar tus estados emocionales, autorregulando e inclusive siendo capaz de bloquear aquellos que te alteran. Una forma sencilla de llevarla a cabo es mediante la respiración. Para ello, cierra por unos instantes los ojos y concéntrate en esta, en cada inhalación y exhalación, esto te ayudará a calmar el flujo de pensamientos asociados a esa emoción, siendo capaz de restarle importancia e, inclusive, de cambiarla por otra que te ayude a controlar tus impulsos. Revelación emocional Esta es la capacidad de algunas personas de exteriorizar y poder expresar, oralmente o por escrito, el efecto que causan sus estados emocionales tanto en su mente como en su organismo. Existe la falsa creencia de que un conflicto se cierra o desaparece si no se habla sobre él. La realidad es que no hacerlo genera estados de estrés que afectarán negativamente tanto en la persona que lo padece como a su entorno profesional. Cuando restas o quitas importancia a los problemas y a sus manifestaciones físicas entras en lo que se denomina “inhibición activa”, un proceso que te lleva a un estado de desgaste físico y psicológico que afectará a tu comportamiento como trabajador, influyendo negativamente en tu rendimiento laboral y al propio clima de trabajo. Una buena manera de trabajar esto es verbalizar lo que te ocurre, siempre de manera respetuosa y asertiva ya que, posiblemente, la persona