¿Cómo ser un buen coach ejecutivo?

El papel del coach ejecutivo cada vez gana más peso en las organizaciones y eso se debe a que en los últimos tiempos se han multiplicado los casos de personas que sienten que su trayectoria laboral tiene un peso importante en sus vidas. 

 

Por ello, esta disciplina del coaching cada vez está ganando más peso, sin embargo, muchos suelen malinterpretar esta rama de la profesión y acaban siendo mero motivadores, y eso no es el coach ejecutivo

 

Ante esta situación hemos decidido dejarte en estas líneas cuáles son los pilares de un buen coach ejecutivo.

El buen coach ejecutivo tiene su epicentro en las soft skills.

Las habilidades sociales, la personalidad, los patrones de comportamiento, la gestión emocional… Ahí está el verdadero jugo del coach ejecutivo. Es también de fundamental importancia comprender el contexto de la organización y su cultura organizativa, el mercado en el que se desenvuelve o cómo funciona la empresa, sin embargo, nuestro foco va a ser en las soft skills del coachee.

Este aspecto del coachee hay que trabajarlo intensamente y para ello hay que aplicar metodologías teóricas que puedan tener su correspondiente aplicación práctica. Hay que estar en contacto directo con el coachee en su entorno laboral y con sus equipos. Hay que verlo interactuar con su entorno y aplicar técnicas in situ que puedan encaminar casi de manera automática ciertos patrones. 

Para ello, una dinámica que nosotros recomendamos es la de Lego Serious Play, aquí puedes aprender más de esta metodología tan apasionante como acertada.

El buen coach ejecutivo aprende siempre.

Nuestro fin va a ser guiar a las personas a dirigir y gestionar equipos, a liderar con excelencia, por lo tanto, como coaches, tenemos que derrochar liderazgo y ser un claro ejemplo de empatía y escucha activa, por ello, es imprescindible que un buen coach ejecutivo no dé nunca por terminada su formación. 

 

Presta atención a las tendencias del coaching, a contextos laborales (como el burnout, el quiet-quitting…) y sobre todo, fíjate en aquellos profesionales del coaching ejecutivo que llevan más tiempo que tú en el sector. 

Dale importancia a las emociones

El ser humano es emocional, social e irracional movido por química, aunque te estés moviendo en un ambiente laboral/empresarial donde se tiende a racionalizar todo basado en la consecución de objetivos, es fundamental darle importancia a las emociones del coachee y de su equipo. 

Trabaja la asertividad de tu coachee.

En el mundo del management encontramos dos tipos de perfiles: aquellos quienes evitan tocar ciertos temas y aquellos que a la hora expresarse lo hacen con dominancia. Ambas actitudes repercuten negativamente en el liderazgo y en los resultados de los equipos.

 

El líder debe de encontrar el balance entre hablar y escuchar desde el respeto, así como de saber ejercer una jerarquía que pida compromiso con resultados. Es trabajo del coach ejecutivo que el líder alcance ese balance.

Trabajando estos pilares, te aseguramos unos resultados increíbles como coach ejecutivo. ¿Crees que nos ha faltado alguno?

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