¿Qué es la Adaptación Cuántica? En este artículo de Develand te mostraré los 4 pasos para alcanzar una adaptación de calidad, ante cualquier situación que se te presente utilizando una adaptación cuántica. Aprenderás de forma sencilla cómo integrarla en ti y seguro que lo harás disfrutando, sin embargo, antes de explicarte cómo hacerlo, entremos un poco en contexto, ¡comencemos!. En física, un salto cuántico es un cambio brusco del estado físico de un sistema cuántico, de forma prácticamente instantánea. Frecuentemente se aplica el término “salto cuántico” al cambio de estado de un electrón, que pasa de un nivel de energía menor a otro mayor (estado excitado), dentro de un átomo mediante la emisión o absorción de un fotón. Entendiendo al ser humano como la integración de cuerpo, mente y alma, tendremos en cuenta la diferenciación del ser humano en una parte física (considerada materia), una parte mental y espiritual (que es inmaterial) y un sistema energético vital que conecta ambos. Por lo que podemos llegar a la conclusión de que somos energía y podemos realizar saltos cuánticos en el organismo humano, ya que utilizamos la energía para muchos propósitos, por ejemplo: caminar, correr, pensar, respirar, crecer, sentir emociones, madurar los tejidos, mantener los tejidos sanos, evolucionar, etc. Con estos términos podríamos ver la posibilidad de dar un salto cuántico, ya sea en el ámbito profesional o personal. Desde donde estás en estos momentos, hasta donde te gustaría estar e incluso más, utilizando la ADAPTACIÓN CUÁNTICA. Estoy seguro de que alguna vez la utilizaste sin darte cuenta y obtuviste los resultados esperados, ahora es tu momento de aprender a usarla de forma consciente. La Adaptación Cuántica es más fácil de lo que creemos. El comienzo de este post tal vez pueda parecerte muy científico, así que bajemos esto un poco a tierra, la intención es que puedas incorporar a tu vida la ADAPTACIÓN CUÁNTICA de forma sencilla, siguiendo los pasos y siendo disciplinado. Mis primeras preguntas para ti son: ¿Crees que es posible? ¿Crees que tú serás capaz? Si la respuesta es SÍ, ya solo nos faltaría, tomar acción y mantener una perseverancia constante, ya que tratándose de patrones no es de hoy para mañana, necesitamos rediseñar lo conocido para dar paso a lo aprendido. La buena noticia es que a través de la creación de un nuevo hábito, podemos acceder de forma más sencilla a los beneficios que nos aporta. Es posible que te cepilles los dientes todos los días, se trata de un hábito adquirido, con este símil podríamos decir que aplicar la adaptación cuántica en tu vida será tan fácil como lavarte los dientes. Cuerpo, mente y alma. En tiempos de caos el equilibrio tambalea, es fácil perderle y caer, al igual que puede ser difícil conseguirle para muchas personas. Para evitar caerte, al igual que montar en bicicleta, debes pedalear constantemente y mantener el campo visual para lograr el equilibrio. Tu ser lo conforman las tres dimensiones, cuerpo, mente y alma, los tres elementos a la vez te representan. De nada sirve centrar esfuerzo en nuestro cuerpo, por ejemplo, si nuestro espíritu está inquieto, o nuestra mente agotada. Lograr el equilibrio entre ellos es la clave para alcanzar la ADAPTACIÓN CUÁNTICA. La mayoría de las personas se centran inconscientemente o a veces conscientemente en trabajar y cuidar cada una de sus dimensiones por separado, incluso olvidándose de alguna. Quizás conozcas personas con un coeficiente intelectual alto, sin embargo, parecen témpanos de hielo a la hora de expresar sus sentimientos, o personas demasiado sentimentalistas despreocupadas de su salud corporal, incluso aquellas que solo les interesa el Body (cuerpo) y se sienten vacíos por dentro. El que se lleva el premio al mayor olvido, en porcentaje social es sin duda el Alma (espíritu), cultivar el alma o el espíritu es más difícil que tener buenos hábitos para el cuerpo y pensamientos positivos para la mente. Si tenemos un espíritu roto no podemos vivir en armonía, es importante alejarnos de los malos sentimientos que nos acompañan, debemos librarnos de remordimiento, odios y lograr perdón para nosotros o los demás. Si nos dejamos llevar por estas emociones podemos detener nuestra evolución como humanos. A través del amor, el entendimiento, el respeto y en especial con el agradecimiento se podrá interiorizar la ADAPTACIÓN CUÁNTICA. Adaptación tradicional. Hemos oído hablar o quizás puesto en práctica el proceso de adaptación tradicional o clásico que verdaderamente funciona y es muy recomendable, sin embargo, este artículo nos mostrará un nivel superior la ADAPTACIÓN CUÁNTICA, antes de pasar a conocerla, déjame recordarte el proceso tradicional, que cuenta con los siguientes 5 pasos: Aceptación. Aceptar que la situación ha cambiado y ya no nos sirve pensar como antes. Reflexión. Aprovechar ese tiempo para reflexionar sobre tu vida o tu empresa. Búsqueda del propósito. Se trata de encontrar nuestro IKIGAI, un concepto que proviene de la cultura japonesa y que nos permitirá vivir en bienestar. Planificación. Una de las claves para la adaptación al cambio es crear una buena planificación. Plan de acción. Toda planificación sin acción no sirve de nada. Un proceso funcional, que se trabaja desde una plataforma de competencias profesionales y personales, desde una mirada de competencias, o dicho de otra manera descubriendo, aflorando y potenciando las capacidades y habilidades. Adaptación Cuántica. Para lograr dar un salto cuántico con respecto a la adaptación, será primordial proyectarnos e interiorizar una mirada más profunda, una mirada a nuestro ser e incluso una mirada transpersonal. Partiendo de la idea de que la adaptación cuántica no es un fin donde llegar, sino más bien un estilo de vida que ha de construirse con el día a día, y de esa manera integrar dentro de nosotros este concepto. Antes de comenzar a sembrar la semilla para construir nuestra adaptación cuántica, sería conveniente conocer tres principios básicos que nos servirán como unos ruedines de la bicicleta. El propósito, será nuestra gasolina en el proceso, es una fuerza que ya existe en el universo, una energía que
Juan Manuel Perez
¿Qué te pasa cuando sientes que hay en ti un estado de ánimo que no te está siendo confortable y te sientes como bloqueado, sin muchas ganas de realizar actividades, un poco apático o desganado? ¡No quiero estar más tiempo así! Y te preguntas ¿Qué me estará pasando? Y buscas en tu mente la causa de este estado de ánimo (efecto) que es incómodo para ti. Le das vueltas a diferentes pensamientos, eventos, resultados deseados, cansancio rutinario, no soy lo suficiente, etc… En muchas ocasiones, alimentamos estos pensamientos, en busca de una salida de este estado de ánimo no deseado, o una toma de conciencia que me haga cambiar cuanto antes y sentirme mejor. ¡¡Yupii!! Mis emociones se convierten en estados de ánimo. Cada vez que alimentamos una emoción creada por un estímulo, ya sea interno o externo, su repetición constante o intermitente termina desarrollando un sentimiento que finaliza en un estado de ánimo ya sea positivo o negativo. Si generamos estados de ánimo negativos e incómodos, éstos suelen calar directamente en nuestra autoestima, causando la llamada baja-autoestima. 3 reglas para alcanzar un nuevo estado de ánimo. Paso 1º Escapar de la búsqueda de la salida, el propio hecho de buscarla te sitúa en el foco del estado de ánimo. Tu consciente dice: “Tengo que encontrar la forma de salir de este estado”. Tu subconsciente dice: “Aún estás aquí, aún existe el estado”. Propuesta de mejora: “Crear una nueva conversación mental, enfocándote en cualquier otro pensamiento diferente”. Ejemplo: actividades deportivas, salidas con amigos, lectura, sobre todo, interacción con otras personas. Paso 2º Renovar constantemente la propuesta del paso 1, para no permitir que vuelva a entrar en nuestra mente la conversación (causa), que termina en el estado no deseado (efecto). Tu consciente dice: “Bueno creo que ya estoy mejor”. Tu subconsciente dice: “No te veo saltar de alegría”. Propuesta: “Crear un hábito de enfoque evolutivo, de mirada presente/futuro”. Ejemplo: Antes de terminar las acciones tomadas, ir preparando la nueva acción, no es momento de bajar la guardia, ya tendremos tiempo para descansar. ¿Qué prefieres, descansar y volver al túnel sin salida? Paso 3º Constancia, perseverancia, hasta que se genere y se asiente en ti un nuevo estado de ánimo más saludable y confortable. Lo notarás cuando ni te acuerdes del anterior. Tu consciente: no dice nada. Tu subconsciente: no dice nada. Tu inconsciente: Ha tomado las riendas y, por sí solo, genera en ti un estado de plenitud como ser humano, como parte de la naturaleza que eres. Ahora te sentirás en armonía contigo, con el mundo y con el universo. Reflexión Si me paso pensando en mí todo el día, psicoanalizándome, observándome, juzgándome, comparándome, e incluso adorándome, motivándome, lamiendo mis heridas, culpándome, etc. Si me ocupo de construirme una careta de quién me gustaría ser, para poder hacer lo que deseo y obtener lo que quiero. Si me encierro en mi mundo de pensamientos, ideas, convicciones, certezas, opiniones, etc. Si creo que el mundo no me está teniendo en cuenta, no está viendo mi grandeza, no me siento aceptado en este sistema. ¿Dónde esta puesto mi foco? Efectivamente, en mí, en el yo. ¡¡Buenos días!! El mundo es mucho más grande que tú, quizás no te guste esto que te digo, o ya lo sabes, sin embargo, yo siempre digo “Lo que pica aplica”. Conclusión Mantenerte en la plataforma del YO, es una acción de escasez, de poco, de pequeño. Mantenerte en este estado, generará en ti un estancamiento vital, el cual te encerrará en un sentimiento de mal estar, empeorará tu salud mental, corporal y, es hasta posible que te sientas perdido, sin sentido. Abrirte al TODO, es una acción de abundancia, de grandeza y de generosidad. Desde esta conversación generarás en ti un flujo de libertad mental, emocional y espiritual. Que se verá reflejado también en tu cuerpo, generando un estado más saludable y con todo ello, acercándote a un estado de FELICIDAD. ¡¡Hoja blancaaa!! ¡¡Hoja nuevaaa!! Un nuevo presente para crear lo que tú elijas. Besos y abrazos, Juanma Pérez.